2.022-La invasión de Ucrania por el Zar (Csar, César, Caesar, Kaiser) Vladimiro, el más Putín de Todas las Rusias

Para algunos hemos entrado en una nueva fase de la Historia. Desde mi punto de vista la Historia cambió hace 31 años, precisamente con el derribo del “Muro de la Vergüenza”. Prueba de ello es que hoy hay multiplicidad de Muros de la Vergüenza por todo el mundo. Los que vaticinaron “El fin de la Historia” no podían evidenciar mayor retraso mental: la Historia sigue. Afortunadamente. Porque la Historia, nuestra Historia, no terminará mientras subsista la especie humana. O no evolucione a otra especie distinta. Algunos creían que el derribo del muro de Berlín, del mundo soviético, el fin de la Guerra Fría, significaba el advenimiento de la Paz Fría. No podían estar más equivocados. En primer lugar la Guerra Fría no fue tan fría ¿Fueron frías las guerras de Corea o Vietnam? Lo que sucedió a la Guerra Fría fue la Guerra Caliente, como así había sido antes. Hemos dado marcha atrás 50 años en las relaciones en nuestro Planeta. Dejamos atrás un mundo maravilloso, con miedo a la última y definitiva conflagración, el apocalíptico holocausto (palabras que, en griego, significan “sacrifico mediante el fuego”, algo que la mayoría de las personas desconocen, por lo que las emplean indebidamente) por desintegración del núcleo atómico convirtiendo su masa en enorme cantidad de energía, ciertamente. Pero dicho “equilibrio del terror” produjo un deseo de convivencia, o, al menos, de coexistencia, pacífica, de tolerancia, intentos de que el deporte, las artes, la información o el comercio conllevaran acercamientos, lugares comunes, para ambos bloques ideológicos. Se apostó por la propaganda de la democracia, de los Derechos Humanos, por mejorar el modo de vida de los trabajadores, en ambos bloques, como formas de defensa contra la revolución o la contrarrevolución. No sabíamos apreciar lo que teníamos, lo que habíamos conseguido. Basta analizar cómo ha disminuido el nivel adquisitivo de los salarios, el poder sindical, la falta de respeto por las jornadas máximas legales o convencionales de trabajo, la imposición de imposibles ritmos de trabajo, los despidos masivos, la asunción de desempleos que, hace 50 años, se consideraban que no debía sobrepasar el 2 ó el 4% hasta plantear como asumibles el 10%, que para algunos países ha pasado a ser un deseo inalcanzable.

O cómo las autoridades pueden espiar nuestra correspondencia electrónica, nuestras llamadas telefónicas, incluso entre abogados defensores y sus defendidos, que para el liberalismo se consideraba lo más sagrado, lo más recóndito (sancta sanctorum) o el allanamiento de moradas (leyes de “patada en la puerta” por todo el Planeta) el lanzamiento del hogar familiar sin intervención judicial. Hemos vivido tres decenios de ignorancia, creyendo que ya no teníamos motivos para albergar tales temores. Se nos propagaba que el fin del bloque del Este significaba la vuelta a 1.941, cuando reinaba la democracia por todo el mundo ¡Mentira! ¿Es que nunca habían existido Mussolini, Hitler y todos los dictadores de los países del Este? Volvemos a la guerra de conquista: Irán, Afgganistán (por ambos bloques y, al parecer, con sendas derrotas) Libia… Ya no les sirve el mero “neoimperialismo” o “neo colonialismo”, el dominio indirecto, que puede cambiar de manos como está ocurriendo en Africa e Iberoamérica, donde la República Popular de China y la República Federativa Rusa mantienen Tratados y Acuerdos comerciales y políticos con la mayoría de dichos países: deben volver a la invasión, conquista y dominio total, como hacen Marruecos e Israel, los socios estadounidenses utilizados para experimentar tales alternativas en sus territorios ocupados en contra de las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas. Pero es que un somero análisis de la situación de los Países Bálticos del Sur, donde los ciudadanos de ascendencia rusa tienen privado el derecho al voto, Bosnia o Croacia, donde les falta a los de ascendencia servia, o, simplemente, no hay elecciones, la situación de Polonia, Hungría, Bulgaria, que ha llegado a ser criticada y amenazada incluso por la Unión Europera. O la situación de Ucrania, donde un golpe de Estado expulsó del poder al anterior Gobierno, que se negaba a entrar en dicho mercado. La resistencia de determinadas zonas, como el Donbass, a dicho golpe de Estado, supuso el intento de reconquista de dicha zona por parte de Ucrania, la misma que antes se había secesionado de la Unión de Repúblicas Socialistas Asamblearias, pero que, como todos los nacionalismos, no permitía el derecho de autodeterminación para el interior de su propio país, como hace Israel o Marruecos con sus territorios conquistados. En realidad todos los nacionalismos son o terminan siendo imperialistas. Por ejemplo: en España el País Vasco pretende, desde su propia configuración como Comunidad Autónoma, la anexión de Navarra, y Cataluña no sólo la de la Comunidad Valenciana y las islas Baleares, conjunto al que denominan Països Catalans para que todo el mundo se vaya haciendo a la idea, sino incluso de Aragón. La Historia vuelta del revés, la vendetta. Este intento de reconquista por Ucrania del secesionado Donbass conllevó una guerra que dura 8 años, con persecución de la ciudadanía de ascendencia rusa y 14.000 fusilamientos. En toda Ucrania se han ilegalizado 11 Partidos Políticos, incluyendo el que antes era la fuerza política mayoritaria, contra la que se produjo el golpe de Estado, y la que la sucedió en las últimas elecciones, quedando en segundo lugar en un recuento que muchos consideraron apañado, puesto que el ejército golpista controlaba el Gobierno (como las “elecciones” que hacía Franco) y su dirigente ha sido encarcelando, siendo desconocido su paradero actual ¿Se imaginan qué pasaría si en España se ilegalizaran 11 Partidos Políticos incluyendo el PSOE o el Partido Popular y se encarcelara a Pedro Sánchez o a Núñez Feijóo?

Pues aún hay quienes mantienen que Ucrania defiende la democracia. Como cuando Franco se decía portador de los valores y defensor de las democracias occidentales. Bolton, exasesor de Seguridad Nacional del Trump(a) ha declarado: “He ayudado a planear golpes de estado en otros países”. “Se necesita mucho trabajo” para derrocar a un Gobierno y tomar el control de un país. Menciona que en 2.019 intentó (una vez más, con apoyo de todos los Gobiernos títeres de sus países satélites, muchos de ellos miembros de la O.T.A.N. y de la Unión Europera) dar un golpe en Venezuela contra Nicolás Maduro y en otros, y reconoce la intromisión estadounidense en asuntos internos de otras naciones. La confesión de Bolton se conoce tras la filtración de los contactos del Trump(a) con grupos de extrema derecha en el periodo previo al asalto al Capitolio, motivo por el que el exasesor de Seguridad Nacional estadounidense fue entrevistado en la CNN para dar más detalles de las revelaciones del Comité que investiga dicho asalto al Congreso Nacional de dicho país. Dijo que no fue “algo debidamente planeado” sino una improvisación del expresidente para retener el cargo. Véase Público.es del 13/7/22. Desde un año antes de que estallase la actual guerra en Ucrania, que, en realidad, comenzó en el 2.014, Austria dio “información” de que podía haber subidas de precios de la electricidad, el gas y el petróleo, y restricciones de suministros, incluso en comida, por lo que el ejército recomendaba que se hiciesen provisiones y se comprasen bombonas de camping-gas. Recordemos que Austria no es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (O.T.A.N.) ni tampoco de la Unión Europera. Sus recomendaciones a todos nos parecieron entonces catastrofistas e injustificadas. Desde seis meses antes de que se iniciase la guerra en Ucrania hay problemas de suministros de microchips a los fabricantes de automóviles. Debían estar empleándolos para hacer cohetes. Ucrania es el mayor fabricante de microchips. Tal como era de esperar la República del Pueblo de China está aprovechando la ocasión para convertirse en el mayor fabricante de microchips del mundo: ventajas de la intervención estatal en la economía, la planificación económica y la existencia de empresas públicas y semipúblicas. Aunque Estados Unidos va a construir la mayor fábrica de microchips del mundo: los dos beneficiarios de las sanciones y de la guerra. Recordemos que Estados Unidos es el principal productor de trigo y girasol, en lo que competía directamente con Ucrania. Precisamente acaba de anular los aranceles a los fertilizantes rusos, impuestos antes de la actual guerra de Ucrania, indudablemente para aprovecharse de la situación del mercado cerealístico internacional: otra demostración de lo asquerosa que es la política y de cómo los intereses económicos están detrás de todo. Que Estados Unidos es uno de los principales productores de litio, imprescindible para fabricar baterías de acumuladores eléctricos para teléfonos móviles y vehículos eléctricos o híbridos eléctricos, y que se han detectado en Ucrania y en Cuba los mayores yacimientos de este elemento. Que Estados Unidos es uno de los principales productores de petróleo y gas y que compite con ello, junto con sus aliados con los que controla la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (antes presidida por Venezuela, cuando su Gobierno era vasallo de dicha superpotencia) que impone los precios internacionales, frente a Rusia y sus aliados productores de petróleo a los que siempre se les ha cerrado la integración o se les ha expulsado de la O.P.P.E.P..

Por cierto, que, poco después de comenzada la invasión de Ucrania, Estados Unidos llegó a un acuerdo con el Presidente Maduro de Venezuela, de dejar de apoyar al golpista Guaidó, que se autoproclamó Presidente de dicho país sin haberse presentado nunca a tales elecciones, ni falta que le hacía, a cambio de que vendiese petróleo barato a Europa para poder presionar a ésta de amenazase, al menos, con dejar de comprarle petróleo a Rusia y sus aliados: otra demostración de lo asquerosa que es la política y cómo todo lo que hay tras ella es ambición económica e intentos de sumisión. Tres meses antes de iniciarse la guerra en Ucrania Estados Unidos de (Norte)américa había llegado a un acuerdo con Afgganistán de sacar sus tropas del país y entregárselo a “La Base” (en árabe al-Kaeda ) y a los estudiantes mahometanos (en afggano talibán ) quizás a cambio de que mandase 12.000 mercenarios (quizás los 12.000 soldados que Estados Unidos le prometió a Ucrania enviarles para su defensa si la Federación Rusa se atrevía a atacarlo y que no han llegado a enviar) a Ucrania, que realmente están combatiendo allí y se han distinguido por la feroz defensa que han hecho de muchas ciudades. Por todo ello estoy convencido que la actual guerra de Ucrania estuvo preparada y planificada por el Trump(a). De la misma forma que el desembarco anfibio, con aviones y Portaviones estadounidenses en Playa Girón (Bahía de Cochinos para éstos) estuvo programado y planificado durante la Presidencia del General Eisenhower, aunque se ejecutase en tiempos de Kennedy. Porque siempre es mejor dar tales golpes después de las elecciones, confiando en que se van a ganar, que antes, no fuera a ser que los resultados fuesen adversos. Algunos historiadores sostienen que Kennedy informó a Kruschov de tal desembarco utilizando el “teléfono rojo” (en realidad era un teletipo de encriptación/desencriptación automática, un sistema más perfeccionado de la encriptadora/desencriptadora Enigma hitleriana, del ejército y, por tanto, de color beige ) recientemente instalado, para evitar que pudiera degenerar en guerra termonuclear. Entre las ciudades defendidas por los talibán estaban Mariúpol, cuya acería han tardado 3 meses en conquistar, provista de túneles excavados en tiempos de Stalin para defenderse de la invasión hitleriana, y Odesa, que resistió tres meses a dichas tropas y que sigue resistiendo actualmente a la rusa. La invasión de Ucrania nos ha sacudido profundamente: ha desaparecido cualquier atisbo de libertad de prensa, de expresión o de opinión, de espíritu olímpico o artístico. Aunque ya esto venía de atrás. Durante decenios la cinematografía y la televisión venían impulsando que no se puede acabar con los delincuentes empleando métodos democráticos, Derechos Humanos, leyes. Cuando era pequeño en las películas de vaqueros “los buenos” se distinguían de los malos por sus métodos. Hoy sólo se distinguen por sus banderas: ambos bandos hacen lo mismo, sin ningún tipo de ideales, sólo diferenciándose si son de “los nuestros” o “de los otros”. Se insulta a los enemigos, se les tortura (como en Guantánamo o en Arabia Saudí, a donde Estados Unidos envía a sus apresados/secuestrados, sin proceso judicial) y se les extermina. Se han creado dos palabras claves que derriban todos los santuarios: terrorismo y feminismo. Basta con invocarlos para que todo esté permitido, que no haga falta demostrar nada porque “yo te creo”, aunque no existan pruebas, “a mí también”.

Al día siguiente de la invasión rusa, Ucrania lanzó una reforzada ofensiva contra el Donbass, introduciéndose varios kilómetros en sus fronteras, mientras escuadrones de la muerte realizaban ataques terroristas en su retaguardia. Esto mismo ya ocurrió cuando la invasión hitleriana: los recibieron como liberadores y lucharon con los paracaidistas alemanes que habían lanzado en la retaguardia. Esto perduró hasta la década siguiente: es lo que se refleja en la película “Cortina rasgada” (su verdadero nombre, en España, debió ser “Telón rajado”, puesto que aquí se tradujo la frase de Churchill en la Universidad de Princenton como “un telón de acero se ha alzado dividiendo Europa en dos partes”, en lugar de cortina de hierro, que sería su auténtica traducción y quizás más fácil de comprender que se estaba refiriendo a los tanques) aunque colocando a los guerrilleros en donde mejor les pareció, en la República Democrática Alemana, en lugar de en Ucrania. No obstante el avance ruso dejó cercados a las tropas ucranianas que habían apoyado a Hitler, y que, como ocurrió en los Países Bálticos del Sur, comprobaron la indiscriminada crueldad, espíritu exterminador, de sus nuevos amos, por lo que se arrepintieron del bando que habían escogido (algo que parece que ya se les ha olvidado, como los españoles, que hemos olvidado que Alemania, Italia, Estados Unidos, Gran Bretaña. Francia, Portugal e Irlanda, con más o menos dudas e incoherencias, estuvieron del lado de Franco y les regalaron o vendieron armas, mientras que el Gobierno legítimo, democrático, constitucional de la IIª República Española sólo recibió ayuda, alimentos, medicinas y armas de la Unión Soviética y Méjico, sin que esto deba ser exclusivo criterio para situarlos del lado de “los buenos” o “los malos”) y tuvieron que rendirse. Poco después de la invasión rusa se ha encarcelado al jefe de la oposición ucraniana, cuyo paradero es desconocido, y se han ilegalizado 11 Partidos Políticos, no obstante lo cual Zelensky continúa propagándose como el defensor de Occidente ¿no recuerda eso a Franco? Y de los valores democráticos. Pero la situación se ha puesto muy complicada para los rusos. Yo decía que de nada serviría enviarles armas a los ucranianos porque los soldados necesitan entrenamiento para sacar provecho de material desconocido. Siempre recuerdo el caso de la batalla de Sedán: los franceses tenían ametralladoras, pero la mantenían tan en secreto que no sabían cómo usarla. Se puede pensar que manejar una ametralladora es sólo cuestión de pulsar el gatillo. Pero antes hay que saber cómo se recarga, que no es tan intuitivo. Y, sobre todo, el uso táctico del arma: dónde hay que emplazarla para tener sus mejores resultados, que dificultades tiene su cambio de posición, su peso, su recalentamiento, cómo ahorrar el bestial consumo de munición, etc., sin lo cual no se puede hacer un uso eficaz. Al parecer colocaron las ametralladoras sobre las murallas, lo cual parece razonable. Pero, tras fracasar en tres asaltos, los prusianos decidieron acabar con las murallas con su artillería, y a los franceses no se les ocurrió bajarlas de ellas antes de perderlas. Así toda la ciudad, la caballería y el propio emperador Napoleón IIIº tuvieron que rendirse.

Se dijo que Rusia había concentrado 100.000 hombres, junto con “Rusia Blanca” (en bielorruso Belorruss) y que con ellos invadirían Ucrania. Se supone que habría que descontar los militares bielorrusos, que no participaron en la invasión, posiblemente por las amenazas que recibirían, aunque eso no les libró de las represalias económicas, lo que ahora los alemanes denominan “terrorismo económico” cuando las sanciones se revuelven contra ellos y les cierran el suministro de petróleo y gas, con una u otra excusa, si no pagan en rublos, a los precios “libres de mercado” internacionales, por adelantado. Por cierto: Alemania prohibió a Siemens que completara y entregase la turbina necesaria para terminar el gasoducto Norte, forzando su suministro a través de Ucrania, por lo que este país no pagaba y se quedaba con el petróleo gratis, puesto que cuando Rusia cortaba el bombeo todos sus compradores europedos gritaban airados y amenazaban con dejar de pagar, antes de que comenzase la guerra actual. Eso no era terrorismo. Ahora han exigido a Siemens que entregue dicha turbina, pero dicha empresa ha respondido que completarla le costará meses y que necesitan financiación. Así que se han dirigido a Canadá, que se negó para no sufrir las sanciones que pesaban sobre los proveedores de turbinas a Rusia. De modo que se ha dado a Canadá una “dispensa” ¿papal? para que pueda hacerlo sin recibir sanciones: otra demostración de lo asquerosa que es la política. de cómo todo se pliega a la ambición económica y cómo las sanciones afectan a toda Europa y no sabemos quiénes, al final, terminarán peor parados. Hasta ahora parece que Estados Unidos y la República del Pueblo de China son los que van ganando. También se dijo que Ucrania contaba con un ejército de 350.000 hombres. Más tarde que Rusia había invadido Ucrania con 200.000 hombres. Ultimamente están diciendo que fueron, son, 150.000; y que Ucrania tenía entre 200.000 y 300.000 soldados, aunque recientemente sólo se repite que 200.000, que, además no incluirán los mercenarios afgganos, cuya cifra se desconoce, y que son los fanáticos que están defendiendo las ciudades ucranianas: es posible que sean los entre ocho y doce miles, según las distintas declaraciones, que Estados Unidos de (Norte)américa repitió que les iba a enviar, que habrían negociado a cambio de sacar sus tropas de dicho país. A los soldados rusos posiblemente les dijeron que iban a defender a la población ruso-ucraniana que estaba siendo exterminada. Pero parece que no han salido a recibirles ni se han alistado voluntariamente para acabar con los golpistas fascistas (como sí hicieron en el Donbass hace 8 años, tras el golpe de Estado) y las pérdidas rusas tanto como el destructivo bombardeo de ciudades ucranianas les estará llevando a preguntarse ¿qué hacemos aquí? como les pasó a los estadounidenses en Corea, Vietnam, y a éstos y a los soviéticos, correlativamente, en Afgganistán. La salida de los estadounidenses de dicho país me pareció inexplicable: cuando habían llegado a una situación de pasividad, que podían mantener durante decenios, cuando nunca habían declarado que fuesen a salir de allí, al contrario de lo que han repetido e incumplido respecto de Irak. Se me ha ocurrido si no ha sido una negociación: abandonar Afgganistán para que los que habían entrenado se desplazasen a Ucrania, solapadamente. Que todo estuviese preparado desde hacía meses.

Incluso las derrotas en Libia y Siria puede que hubiesen sido fingidas, para llevar a Putin a un exceso de confianza, igual que las repetidas declaraciones de que no iban a intervenir masivamente, que les daba miedo (dicho con otras palabras) el poder militar de Rusia. El hecho de que desde hace casi un año no se encuentren microchips (“pequeñas patatas chips”) en el mercado, que hayan tenido que cerrar fábricas de automóviles porque no pueden instalarles sus ordenadores de a bordo y sistemas de navegación y controles automáticos de frenado y aceleración de los motores puede significar que estaban fabricando cohetes masivamente, quizás del tipo de los que usan los israelíes, que se dirigen contra los teléfonos móviles o sistemas de geoposicionamiento (GPS) de los palestinos, a lo que habría que atribuir la sorprendente eficacia de éstos. En cambio los ucranianos luchan por su independencia. Ucrania ha decretado la movilización general. Stalin dijo que, en el futuro, todas las guerras serían ideológicas. Indudablemente él pensaba que la Unión Soviética duraría para siempre. Hoy es el fanatismo nacionalista e imperialista, los intereses de apropiación, mayoritariamente alentado por grandes capitalistas, con conquista de otros países, algo que hace unos años resultaría increíble, que el neocolonialismo sería ya la norma para el futuro, lo que está impulsando las guerras, de las nuevas Guerras Calientes. Como los rusos han avanzado tan lentamente, como no han podido evitar que sigan recibiendo armas modernas de uso personal (lanzacohetes, especialmente) los ucranianos pueden tener actualmente un ejército de un millón de hombres (y quizás mujeres: si pueden alistarse voluntariamente, ser mercenarias, nada impide que también se las reclute y movilice obligatoriamente, como en Israel) y en este plaza pueden haber tenido tiempo para ser entrenados en el uso de tales armas. Nunca creí en el colapso del ejército ruso, tal vez en el económico, que más fácil sería el colapso, el desmoronamiento del Frente, ucraniano. Se toma como referencia Afgganistán, pero la situación es distinta: lo único que produce dicho país es opio, que sólo se vende en Estados Unidos. La Unión Soviética tenía que financiar todo el bloque del Este, incluidos Afgganistán, Vietnam y Cuba. Actualmente Rusia no tenía tales compromisos, había conseguido un amplio mercado en Africa y tenía la exportación de mucho material, extractivo e industrial. Las restricciones a las ventas son un serio problema, porque a China no le interesa redistribuir tales productos, entre otras cosas porque no podrían revender el petróleo y de lo demás ellos lo producen más barato. En cambio Ucrania produce gran cantidad de trigo, girasol, electricidad en los embalses y saltos de la cuenca del Volga, y algunos productos industriales. Estados Unidos tiene sobra de todo ello, de modo que su encarecimiento le beneficia. En cambio todas las sanciones contra Rusia suponen que recaigan contra toda Europa, acabar con nuestra competitividad, que dejemos de ser competidores de Estados Unidos.

Por ejemplo, ya que no puede utilizarlos para volar al exterior, la República Federativa Rusa está devolviendo todos los aviones que tenía alquilados o con compra aplazada: eso significas que Airbús está objetivamente en bancarrota, y quizás muchos Bancos europedos, y que Boeing vuelve a ser el exportador monopolista de aviones de pasajeros ¿Hacen un cálculo de cuántos puestos de trabajo, directos e indirectos, en industrias auxiliares, y en la economía europera supone eso? El oleoducto de Azerbaián hacia Europa Occidental pasa por Ucrania, de modo que dicho país no pagaba por su petróleo: cuando los rusos cerraban el grifo Europa Occidental les decía que no harían más pagos hasta que no reanudaran el suministro. Esto es uno de los motivos de la guerra: controlar la distribución del petróleo a Europa Occidental. Para evitar a Ucrania, Rusia ha construido el gasoducto -un nombre difícil de entender, puesto que ya existe un gaseoducto que pasa por Polonia, que Reagan(lo) después de que la Unión Soviética había realizado unas tremendas inversiones, impidió que se terminase incumpliendo la entrega de las turbinas presurizadoras; como ya habían entregado algunas, la Unión Soviética las desmontó, las imitó y las instaló; entonces le vendieron un programa informático para gestionar tales turbinas, lo que produjo la mayor explosión artificial en el Planeta sin recurrir a la desintegración atómica; cuando se produjo una huelga general en Venezuela contra Hugo Chaves, la única que ha afectado a la exportación petrolera de dicho país, se creó un nuevo sindicato, actualmente mayoritario, y se nacionalizó Petróleos de Venezuela, S.A., PE.DEVE.S.A., los dirigentes dimitieron en bloque, tras estropear los programas informáticos de dicha empresa, que tuvieron que ser rehabilitados por personal de categorías inferiores e informáticos venezolanos, con ayuda rusa- “la ruta Norte”, que pasa por el extremo Sur de Polonia, la zona rusa entre dicho país y los Países Bálticos del Sur (por cierto: Lituania ha cerrado la carretera que une dicha zona rusa con el resto de tal país, una situación semejante al “pasillo” de Danzig, Gdansk en polaco, que produjo la IIª Guerra Mundial, como era de esperar desde que se aceptó la secesión de dichos países de la Unión de Repúblicas Socialistas Asamblearias en tales condiciones) y termina en Alemania: ha sido una inmensa y costosa inversión para poder cerrarle el grifo a la morosa Ucrania. Pero, cuando ya está completada la inversión, los alemanes, cuyos ingenieros han colaborado en la construcción de dicho oleoducto, dicen que no reúne las condiciones de calidad y no le dan el certificado correspondiente.

Por cierto, Estados Unidos ha negociado con Maduro la entrega de tres espías/terroristas (esto recuerda a la entrega de todos los fondos iraníes que tenían bloqueados en Bancos estadounidenses a cambio de la liberación del personal de la embajada estadounidense y sus asesores militares en dicho país tras el intento de invasión cuyo fracaso se justificó con el “choque de dos helicópteros”) que Venesuela tenía encarcelados (así como la ya mencionada venta masiva de petróleo a Europa) a cambio de dejar de apoyar a Guaidó. No creí que Putin pensase en la ocupación permanente de toda Ucrania, puesto que no ha sido esa su estrategia ni en Libia ni en Siria. Supuse que conquistaría un buen cacho y luego lo “cambiaría” por lo que realmente desea: Odesa y un corredor hasta el Donbass (que pasa por Mariúpol) más la zona Este “tras” del Donbass que la une a la frontera rusa: hasta ahora tenían que suministrar mercenarios, armas, munición y aprovisionamientos por aire, con la dificultad y coste que eso supone. Pero hay otros intereses: por ejemplo adueñarse de los silos de cohetes, que Ucrania se había comprometido con Gorbachov a destruir al independizarse, lo que no han cumplido (otro motivo de guerra) además de un pasillo para la conexión por tierra con, al menos la “Rusia Blanca” (en ruso Belorrús, en castellano Bielorrusia) o, alternativamente, la presencia y supervisión rusa, junto con tal pasillo, hasta llevarse los cohetes a su país, o, como mínimo, proceder a destruirlos o supervisar su destrucción. Y otro objetivo que creo que podrían pretender es tiempo y un pasillo que lo uniera a Bielorrusia para desmontar la antena de R.A.D.A.R. de Chernobil. La central de producción de energía atómica, cuya explosión fue comparable a la de Fukuchima, que hubiese obligado a evacuar hasta Tokio, pero que no se ha hecho, no surtía de electricidad a ningún núcleo poblacional, excepto a dicha pequeña ciudad “artificial”, cuyo único cometido era prestar servicio y alojamiento a los técnicos de dicha central y de la correspondiente estación de R.A.D.A.R., desde la cual se podía detectar cualquier avión que despegase de cualquier aeropuerto europeo, y que producía interferencias en las cabinas de pilotaje. El 24 de febrero a las 4 de la madrugada, hora española, me cogió levantado: se apagaron todas las emisiones de televisión, y sólo se veían mal las autonómicas y locales, pero sin voz. Así que supuse que había comenzado la invasión de Ucrania. Al momento las luces comenzaron a parpadear. A veces fulgían con gran resplandor, lo que me hacía temer que se fundieran, y otras se oscurecían hasta la penumbra. Así que deduje que estaban bombardeando Ucrania, puesto que toda Europa está eléctricamente interconectada. Quiero decir que la “mano electrónica”, la potencia electrónica, de Rusia, es bastante larga. La Unión Soviética tenía proyectadas 16 de dichas instalaciones de R.A.D.A.R., desde las que se controlaban sistemas de cohetes anticohetes. Estados Unidos salió diciendo que eso era cambiar las reglas de juego, que suponía que podrían bombardear a otros países con cohetes de largo alcance mientras que la Unión Soviética permanecía invulnerable.

Así que llegaron a un acuerdo de limitación de armas defensivas -lo que me pareció inmoral, puesto que lo que hay que eliminar son las armas ofensivas- posiblemente a cambio de contraprestaciones económicas que las sanciones actuales habrán dejado en letra muerta, por el cuál la U.R.S.S. mantendría tres de las instalaciones de R.A.D.A.R. que por entonces tenían en funcionamiento, destruiría otras tres y no construiría ninguna más más, a cambio de que Estados Unidos no construyese ninguna. El Parlamento Estadounidense se negó a aprobar tal acuerdo. Pocos años después de completado el compromiso soviético Estados Unidos declaró que no cumpliría su parte ni en ese Tratado, ni en el limitación de armas defensivas (de hecho fabricó el “Patriota”, Patriot, que contraviene tal acuerdo) ni las Conversaciones para la Limitación de Armas Estratégicas (S.A.L.T.) I y II. Nos trata a todos como a los indios pielesrojas: jamás han cumplido ningún acuerdo en la parte que les fuera perjudicial, siempre pactan que sean los otros quienes deban hacer el sacrificio inicial a cambio de compromisos futuros. Las antenas soviéticas eran tubos metálicos en estructuras huecas con forma de prismas triangulares apoyados sobre el lado menor, y en elevación del tamaño de campos de balompié. Las estadounidenses tienen proporciones similares, aunque son más estrechas y más altas, macizas, de hormigón, que recuerdan a las antenas sonoras, de hormigón, que construyeron los británicos para detectar el ruido de los dirigibles durante la Iª Guerra Mundial, aunque sólo son el soporte de las verdaderas antenas, compuestas por trozos metálicos formando un enorme disco, semejante a las que se pueden ver en Fragatas lanzacohetes modernas, o los espejos de las torres de los hornos de fusión solar. Otro posible motivo de guerra. Funcionan por lo que se denomina “sistema de neblina”: cuando acaba la biosfera, la máxima altura que alcanza el dióxido de carbono, y el aire se hace menos denso, por debajo de la altura normal de las nubes, se produce una discontinuidad, en la que la radiación de ultramicroondas de dicho tipo de emisiones rebota (como el SON.A.R. en las capas de agua de distinta temperatura, densidad y presión, lo que permite no sólo localizar la posición de los Submarinos, sino también la profundidad a la que están ubicados) extendiéndose por Continentes enteros. Instalaron un R.A.D.A.R. de este tipo en Escocia, pero los barcos “pesqueros” soviéticos las interferían, por lo que, tres años después, decidieron desmontarla. Se sospecha que el “accidente” de Chernobil pudo ser un acto de sabotaje a través de Internet. Eso explicaría el interés que tenían los estadounidenses de “encofrar”, enterrar en hormigón, todo el recinto, antes de que pudiera descubrirse el lío, incluso pagando ellos los costes. Algo que en Fukuchima no se ha hecho, que continúan funcionando lo reactores no destruidos. Y también que la Unión Europera estuviese dispuesta a comprar la leche contaminada que los soviéticos no querían dar de beber a sus conciudadanos.

Europa decidió vendérsela a los africanos, que para eso están: para sufrir y aguantarse con todo. Pero los africanos carecían de poder adquisitivo como para gastárselo en la mala leche europea. Excepto un pequeño grupo de islas que tienen un nivel de vida propiamente europedo: las islas Canarias. Por entonces dichas islas eran consideradas africanas, extraterritoriales. Más tarde Francia conseguiría que sus colonias, incluso las de Oceanía, fuesen consideradas territorio europedo, por lo que las islas Canarias pasaron a gozar de tal condición. Pero entonces no era así ¿Cómo un pequeño archipiélago pudo beber tanta leche como toda Ucrania y parte de Bielorrusia? No fue así, porque no había aduana para la leche entre dichas islas y la Península Ibérica. Así que fuimos los tontos españoles quienes nos bebimos la mala leche que los soviéticos no quisieron darle a sus conciudadanos. Y quizás nos sobró para revendérsela a otros europedos ante la “ceguera” de las autoridades que deberían haberlo controlado.

 Lo cierto es que la invasión de Ucrania se ha convertido en una guerra de desgaste. El listo de Borrell, Responsable de Política Exterior de la Unión Europera. dice que se está inventando un nuevo tipo de guerra: infantería armada con armas trasportables a pie de última tecnología. En realidad esto ya comenzó en la IIª Guerra Mundial, cuando los británicos fabricaron su lanzacohetes antitanque P.I.A.T., o los alemanes el Panzerfaust, que los soviéticos mejoraron hasta el RPG-7, que se puede lanzar desde edificaciones porque lanza el cohete mediante un resorte, que no entra en funcionamiento sino hasta diez metros después, por lo que su reflujo de gases tóxicos e ígneos no afectan a los lanzadores ni descubren su posición. Pero no es sino la imitación de la estrategia seguida en Afgganistán, cuando Estados Unidos dotó a los que Reagan(lo) denominaba “luchadores de la libertad” y, cuando actuaron contra Estados Unidos “terroristas estudiantes mahometanos (talibán) del sacrificio (yijad)” dotándolos con armas como los cohetes “Aguijoneadores” (Stinger) con el que, además de derribar helicópteros, como nos enseñaban en televisión, también derribaban aviones de pasajeros de Aeroflot: lo mismo que hacían los terroristas entrenados en Estados Unidos instalando bombas en aviones de pasajeros entre Venezuela y Cuba, aunque, cuando al-Gaddaffí lo hizo, una sola vez, el mundo se le echó encima. Parece que los ucranianos están cediendo en sus negativas. La “intermediación” turca puede ser para justificar que accedan a lo que antes se habían estado negando. Yo entiendo que Putin no “devolverá” el territorio conquistado sino a cambio del fin de las sanciones contra Rusia, y que contaba con eso desde el primer momento, que no era su intención quedarse con todo. Pero hay más opciones. Quizás esté esperando a conquistar alguna de las principales ciudades ucranianas, siempre que no queden completamente destruidas, que ya entonces no le servirían, para instalar allí al Gobierno ucraniano expulsado por el golpe de Estado militar, que está refugiado en Rusia.

A partir de entonces la negociación sería a tres bandas, como intentó hacer Estados Unidos en Vietnam, y Rusia se presentaría como “intermediario”. El primero en hacer pública tal posibilidad fue el Primer Ministro francés Macron, al advertir que no admitirían ningún Gobierno títere en Ucrania. Como si no existiesen Gobiernos títeres en Europa, que sólo repiten “la voz de su amo”. Y Zelensky ha repetido que considera que la intención de Putin es dividir Ucrania en dos partes: ya no repite que intenta quedarse con todo e incluso invadir los país de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, aunque no tengan costas con dicho mar.  Sin embargo si cree que la intención de Putin es quedarse con la parte Oriental puede estar equivocado. Como ocurre con (casi) todos los políticos, especialmente los derechistas, y más en tiempos de guerra, lo que se dice no tiene por qué coincidir con lo que hagan: puede que las declaraciones de que “ahora” se van a concentrar en dicha zona de Ucrania sean un intento de desviar tropas de dicho país, mientras que la auténtica nueva ofensiva se lleve a cabo por el Oeste, cerrando el paso al envío de armas y pertrechos, dejando incomunicado al país invadido. Y esto nos lleva a otra posibilidad: que, a pesar de lo que han reiterado, que hayan publicado que Rusia tiene mayoría de armas de desintegración del átomo, algo que nunca reconocieron respecto de la Unión Soviética (lo que, o era mentira entonces, o supone una admirable capacidad organizativa de Putin, que, recordemos, se encontró un país en quiebra, que no podía pagar a su Ejército Popular, que sustituyó posteriormente por mercenarios, como hemos hecho todos los demás, con los Submarinos con propulsión por energía de desintegración nuclear oxidándose, hundiéndose, en sus puertos, contaminando de radioactividad los mares) quizás para justificar tales declaraciones de impotencia, de incapacidad, Estados Unidos de (Norte)américa puede terminar interviniendo en esta guerra. Recordemos que en ambas guerras mundiales lo hizo cuando todos los contendientes estaban agotados, considerando que tenían el triunfo asegurado con escasos esfuerzos, tres años después de iniciada la Iª Guerra Mundial y dos años y dos meses después de iniciada la IIª.

Pero hay otra perspectiva que debemos tener en cuenta. Nos hacen creer que Rusia está sola, aislada, que no va a poder exportar nada. Pero la situación no es esa. De los 198 países que conforman la Organización de las Naciones Unidas votaron en contra de la Resolución del 2/3/22 que condenaba la invasión de Ucrania o se abstuvieron de ello 57 países. Se puede decir que eso sólo representa una cuarta parte del total. Pero es que esa cuarta parte de países supone 4.656 millones de habitantes, el 60% de la población. Se puede decir que no son los países más ricos, más poderosos (aunque parece que, en estos momentos, Rusia tiene, o hacían creer que tenía, el mayor poder militar, y la República del Pueblo de China es la segunda potencia económica) pero también es cierto que son los proveedores de materias primas, que carecen de capacidad productiva como para ser competidores y, por consiguiente, están forzados a comprar los artículos más baratos. Es decir, la mayoría del mercado mundial, aunque no la mayoría del poder adquisitivo. Entre los países que votaron en contra están la Unión India y Pakistán. Este último ha sido especialmente explícito. EEUU y 22 embajadores europeos en Pakistán emitieron una declaración conjunta en la que se pedía a este país una condena expresa de la intervención militar de Rusia en Ucrania, añadiendo de paso de forma sibilina la posibilidad de sancionar al país si no lo hacía. Eso de “podrá tener consecuencias”. Me pregunto si esa es la forma en la que han conseguido el voto de las tres cuartas partes de los países más diminutos del mundo. Su Presidente, antiguo aliado de Estados Unidos de (Norte)américa ha declarado: “¿Somos tus esclavos? ¿Crees que vamos a hacer lo que tú digas? Pakistán ayudó a la OTAN en Afgganistán ¿Nos dieron las gracias? ¿Nos apreciaron? En ese tiempo, entre el 2.008 y el 2.018, Pakistán recibió a cambio más de 400 ataques con “drones” (nombre palestino de los aviones teledirigidos que los bombardean y tirotean, lo que los israelitas denominan “aplastar insectos”, apuntando a la señal de sus teléfonos móviles ¿quiénes facilitan tales números? como están haciendo con Generales y Almirantes rusos) en su territorio”.